Templanza
Te mantienes escondida
en lo profundo del ser
al lado del parecer
donde prolifera la vida.
No eres bien recibida
por todos los pecadores
esos magnos jugadores
de la escabrosa partida.
Templanza actitud divina
que retiene poca gente
y se hace al fin presente
cuando la vida termina.
El hombre quiere elevarse
de una manera consciente
poniendo en orden su mente
para poder transformarse.
Todo queda en el conjunto
que da la naturaleza,
con el saber por certeza,
que siempre queda pendiente.
El bienestar no la tiene,
puede con el convivir,
sin que llegue a exhibir
en la impronta que sostiene.
Templanza quiere decir
virtud al medio ajustada,
como la funda a la espada
en el arte de vivir.
Ya definido el concepto
como virtud cardinal
es la conciencia especial,
que se convierte en precepto.
Con ella debemos marchar
aunque se mantenga lejos
la perfección del reflejo,
que debemos modelar.
Si logramos comprender
al alma humana en el mundo
bordearemos lo profundo
de las facetas del ser.
Ya podemos terminar,
con esta regia aptitud
simiente de la virtud
del ser humano ejemplar.
© Jesús Reinaldo Martell Varona