Retina invertida
Una de las cosas más tristes que nos mueve hoy en día, que nos manipulan son los titulares. Repetimos y nos solidarizamos con cintillos de noticias, sin muchas veces investigar más allá de ellas.
El mundo no es nuevo, no es ni tan siquiera igual al que hoy estamos caminando, pues cuando nacimos ya había vida, amor y guerras; fueron otros los que construyeron, modificaron y tristemente destruyeron.
Nuestra misión tal vez en este ahora es mejorarlo y cada cual trata desde su espacio.
Lo que estamos viviendo en estos momentos lo vivieron otras generaciones, quizás de forma diferente, pero se utilizaron las mismas herramientas de abusos, ambición e injusticias, que están presentes en la actualidad.
Nuestro planeta ha sufrido de manera cíclica desde cientos de siglos por las guerras, las desigualdades, las injusticias, los abusos .
Cuando pensamos que vamos mejor, de pronto surge lo imprevisto, que muchas veces está sustentado por la fuerza del mal.
Nuestro aporte es solo un granito de arena en esta tierra que queremos regar con amor y paz, aunque pensemos que la tierra la dirige ese granito, que para nosotros es el todo, pero con relación al todo es nada.
Cada cual tiene un punto y piensa que es el punto central, pero siempre hay otro punto; que es muy difícil analizar en el centro de una mesa.
La libertad no existe toda vez, que sus leyes la acotan. Tenemos el libre albedrío, que es también entre comillas, a través de éste elegimos que camino seguir, si el del bien o el del mal. Aquí entra la duda, pues el que está al lado del bien, el mal lo cuestiona, pues piensa que él es el bien y viceversa; al final no hay acuerdos solo culpables y responsables.
Muchos siguen el camino del “bien”, pero otros siguen el del mal, estas minorías cuentan lamentablemente con recursos para aplastar cualquier perjucio en su contra. El “bien” y el “mal” es como la “verdad”, que son relativos, dependiendo del lado que te pongas al tomar la imagen, así será el negativo.
Creemos que somos el centro, en realidad lo somos en nuestro entorno, punto: no vamos más allá de eso, sino ver la trayectoria, para darnos cuenta del resultado.
Vivimos en un país maravilloso que nos abriga, sin embargo no dejamos de criticarlo en cualquier escenario, desde posiciones muy cómodas y solventes criticamos los abusos y diferencias sociales, que son notables , pero no sacrificamos ningún beneficio propio para cambiar estas diferencias.
Creemos que lo pagamos todo con nuestros taxes. Cuestionamos el presupuesto del gobierno porque aseguramos que sale de nuestro bolsillo personal. Y yo me pregunto: ¿en realidad esto es cierto? Si pagamos todo quien paga las ayudas que se recibe, los planes de beneficios que muchos reciben y que seguramente está por encima del aporte personal en la declaración de impuestos.
Cuando pagamos impuestos por las tarifas establecidas y gracias a ello nuestro país es grande es para sostener diferentes renglones inclusive los propios, de ahí a que nosotros paguemos todo hay una gran diferencia.
Los beneficios sociales y las ayudas salen también de esa bolsa. Los planes complementarios que cada familia logra y recibe salen también de ahí. Al final son los grandes capitales los que hacen que crezcan las arcas gubernamentales.
Esta nación ayuda a todos sus habitantes con programas públicos generados por esas bolsas. No creo que el concepto de que yo lo pago con mis taxes aplique a muchos que lo dicen, sino que muestren la hoja de cálculo de lo que pagan y lo que consumen. Esta razón desde mi visión es válida para los multimillonarios con impuestos significativos y no he oído hasta ahora quejarse al respecto.
Es el sistema que acumula y distribuye según las agendas del gobierno de turno. Que estemos de acuerdo o no, no quiere decir que no se haga, pues el pueblo elige a los que lo hacen. Nosotros debemos quizás elegir mejores destinos con nuestro voto.
Ojalá que la tierra un día sea la alcoba de La Paz y que albergue a cada uno de sus hijos sin preferencias.