Todo tiene un porqué y también un triste Pero.
El optimista busca el porque, para crecer y seguir avanzando, mientras el rezagado, solo ve el pero, que detiene su paso.
Si miramos la luz, observamos también manchas. Las luces son el porqué y las manchas son sus peros.
Miremos siempre la luz, coloreando sus manchas, hasta convertirlas en espectáculos de luces.
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