Letras
Una reflexión puede ser un mensaje explícito, implícito, una pregunta o tal vez una respuesta directa o indirecta a un determinado tema u opinión. A través de ella difundimos amor, esperanza, dolor, descontento, aceptación, entre otros aspectos o sentimientos.
Por medio de las letras acariciamos la vida, la besamos o la castigamos a nuestro mejor estilo.
Si dejamos a la vida sola, ella es aburrida, estática, por lo que para motivar, la pintamos de colores, le inyectamos enigmas y hasta le fabricamos contradicciones.
Las letras muestran visiones, sentires y en muchos casos el lado más negativo del ser humano, aunque queramos proyectar lo contrario.
Los «peros», «sin embargo», o «no obstante» son opuestos y a veces sin darnos cuenta, prevalecen en el tema, como el más sutil regaño de una visión comprometida.
Ellas «las letras» son modelos que sirven para vestir acciones, hipocresías, o simplemente para armonizar el paso con compases de luces o de sombras en cada entrega.
Muchas veces y sobre todo, cuando pretendemos mostrar un mundo mágico lleno de unión y bendición, en algún punto «sin punto», aparecen sus opuestos, porque no somos constantes, ni lo seremos nunca.
De cualquier manera, las letras, cuando no se tiene un contacto personal sirven para comunicar ideas, criterios y hasta para trazar semblantes. No siempre, la mano está firme; en ocasiones tiembla y se nota entre sus líneas.
Un solo escrito es capaz de mostrar nuestra alma, nuestra esencia. Hay reflexiones que vienen de lo más profundo del corazón, acentuando nuestro carácter. Es posible advertirlo de manera directa, sobre todo cuando estamos heridos o descontentos por algún acontecimiento individual o colectivo.
Para mi la amistad de letras es coincidencia de ideas y aceptación de diferencias compatibles, con los valores individuales. Cuando se empiezan a tener desavenencias, las relaciones se quiebran, «la amistad»perece.
La amistad y valga la redundancia es la compatibilidad de conceptos, por ello los amigos se seleccionan y escogen a través del tiempo, es como el vino , muestras más viejo mejor.
Mis amigos de años, cuando no coinciden conmigo, no me entero, pues no reaccionan, ni emiten criterios, pero sé que están ahí siempre para mi.
De igual forma actúo cuando ellos muestran algo que no comparto, me quedo en silencio, respetando su visión, sin objetar.
La amistad de letras es parecida, pero más agresiva, pues muchas veces queremos ir por encima del pensamiento en la respuesta y escribimos comentarios aparentemente de aceptación, esta vez con el antídoto.
Recuerdo mi poema ¡Me asusta!, que no solamente comentaron positivamente, sino que hicieron parodias negativas y hasta me insultaron.
No obstante, la expresión es libre y cada cual decide cuándo actuar o reaccionar, el que recibe tiene el mismo derecho.
Existen letras que no son populares, sobre todo cuando tienen dosis de verdades.
Cada cual tiene sus propios principios y valores. Es cierto que no tenemos que pensar igual y que en la diversidad está el desarrollo. No obstante, existen principios que no son negociables, por ejemplo si tú condenas un tipo de violencia y otras dices que es necesaria para lograr algo; ahí empieza mi principal discrepancia.
Partiendo que todo lo que nos molesta lo apartamos, para qué queremos tener una estadística en nuestras listas de amistades, que ni tan siquiera leemos.
No creo que las letras puedan ser amigas en sentidos opuestos, pues la coincidencia es la que sirve para estrechar sus lazos.
Por medio de las letras mostramos nuestro semblante en la plataforma virtual de la vida y su aceptación es la portada de la obra.