Lágrimas turbias y densas,
En oscuras coordenadas.
Solo el tiempo las condensa,
Las llevan al cielo, calmadas.
Van también los recuerdos,
Felices, tristes momentos.
Así como, sus lamentos .
Prisioneros del pensamiento.
El horizonte ahora cambió,
Con el brillo de la Aurora.
El amor, como flor abrió,
A mi alma, ¡que ya no llora!