Te fijas en la belleza, que sólo puedes tocar,
Erguida en la figura, de mujer espiritual,
Ignoras al águila de velocidad puntual,
Así como, la agudeza lista para amar.
La silueta no posee, las medidas anheladas,
Pués Dios las conectó, a otra dimensión ,
Donde están, la escritura y la palabra vinculadas,
Capaces de alcanzar, con su talento, la coronación .
Si lees los sentimientos y el filo de su andar,
Verás, que lleva dentro, la guía para avanzar.
La luz que habita en ella, no se puede moldear,
Observa la llama libre, que no te deja respirar.
En nuestros tiempos, la belleza se perfecciona,
No sabes si la princesa, su imagen, es de verdad.
Si el entorno que la cubre, la relaciona,
Con la criatura primera y su ingenuidad.
Prefiere el grito ardiente y vivo de la inspiración ,
Libre, fresca, inmersa en inmensos manantiales,
Donde se producen, energías de ficción
Y destellos de razón, en los planos cardinales.