Te dije con ansiedad
que a ti te enamoraré
y dudo si te hablaré
de ilusión o realidad.
¿Será pura mi verdad
o una simple pretensión?
Aún no sé por cual razón
te debiera distinguir
ya que logras confundir
mi ternura con pasión.
En esta declaración
te revelo mi cariño
al expresar como un niño
mi sincera admiración.
Tú eres una tentación
embriagante y seductora,
seguramente la flora
más linda del paraíso
al ver como Dios te hizo
perfumó toda la aurora.
Yo sé que ahora, dudosa
pensarás en mi osadía
pero en esta poesía
pretendo solo una cosa.
Que te sientas orgullosa
sin dejar de comprender
que me muero por beber
de tu delicioso río.
¡Ese es el gran sueño mío
desde que te pude ver!
Tú serás siempre en mi ser
la reina del universo,
el motivo de mi verso
y mi ensueño hecho placer.
Contigo quiero tener
mil lunas color centén
Iluminando el edén
de nuestras noches más bellas
y que sean las estrellas
testigos de amor también.
Hoy tu rostro es el rehén
que mi confesión relata
tramando una frase grata
que a ti te parezca bien.
Aquí estoy, sobre mi andén
mirándote en mi poema
mientras mi mente se quema
buscando una solución
que alegre mi corazón
con tu belleza suprema.
©Raúl Hernández
