Tu velero es como el tren,
Que navega sobre rieles.
No es amor, es desdén,
Que respiran los infieles.
El siempre paso al revés,
Delatan tus engaños;
Del galán de cuatro pies,
Mareado por los rebaños.
El tren yo fundiré.
El velero al viento lanzaré
Y tus huellas, ¡infeliz!,
En el camino borraré.